TODOS sin excepción estaban despiertos un par de horas antes del amanecer, la mayoría por desajustes en el reloj natural, otros despertados por el tío "Camarito" quien se puso alegremente a debatir en la pérgola situada al frente de todas las cabinas del Micks Place
Una vez salió el sol, al agua. Esta vez fue Bingin. Si bien es cierto había caído el tamaño respecto del día anterior, igual permitió divertirse un poco. Excelente para poder terminar de darnos cuenta que la forma de las olas es completamente diferente a las olas de Lima y si no te paras rápido eres historia. Además en reiteradas ocasiones las botitas (único accesorio que los 10 peruchos teníamos en común) pagaron largamente su costo.
Acto seguido, Uluwatu. Tomamos como base de operaciones el Blue Point, hotel privilegiado en la cima del acantilado desde donde se pueden ver casi todas las secciones de Uluwatu. Desde arriba se podía evidenciar que esa playa era mucho más grande que las demás, así que al agua. Dos sesiones largas y de vuelta al Micks Place al final del día. En mi modesta opinión, me quedé asombrado de la facilidad que tienen los locales (y algunos pros) de entubarse en todas las olas, no es tan sencillo por la diferencia de la forma de las olas, pero realmente es un espectáculo, incluso con el mar a media caña.
La cena fue la actividad de integración del equipo, un modesto restaurantito exactamente frente a Bingin con las mesas en el estrecho corredor de arena que había entre el cerro y el reef. Unas cervezas acompañadas de un contundente mahi mahi a la parrilla dieron fin a este día. Cabe resaltar a nuestro anfitrión del restaurante, un simpático Indonesio que porque sabía 3 palabras en español, además de saberse los numeros del 1 a 10 le hacían pensar que ya estaba entablando una comunicación bidireccional de alta calidad, todo lo contrario, pero al menos fue divertido.
Vista desde el Mick´s Place. Primera plana para Bingin y Impossibles, a lo lejos, Padang Padang y al fondo Uluwatu |
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