Las innumerables preparaciones para este viaje han sido de toda índole: físicas, financieras, laborales, personales, etc., etc, etc... Sin embargo, para ir a un viaje de surf sin duda una de las cosas mas básicas en la que uno debiera pensar, es en la/s tabla/s. En una posterior entrega me gustaría dejar algo de historia del "quiver ideal", que tambien ha sido motivo de polémica, discusión y preparación, pero no es específicamente el motivo que nos motiva a escribir hoy.
Para los no aficionados que leen este blog es importante mencionarles que una tabla se puede comprar yendo a la tienda y tomado una del mostrador, tal y como se compra una camisa, o un par de zapatos, pero también uno puede pedir un "traje a la medida", que no es otra cosa que mandar hacer una tabla al gusto y capricho de cada quien. El único inconveniente de mandar a hacer una tabla de cero es que el shaper puede tomarse de 2 a 3 semanas en tenerla lista, sin considerar que siempre es bueno dejar "secar" la tabla para evitar fracturas prematuras.
Bueno, la historia es que mi tabla favorita, a la que me había acomodado perfectamente, la que tenía la versatilidad para poder acompañarme desde la Herradura, el Faro de Pacasmayo, San Gallán e incluso las campanas de Arica y de Chilca era una Klimax 6'2", con cola de pescado y verde como una hoja de apio. Considerando mis 41 años y 80kgs, creo que a mucho orgullo puedo decir que tener como tabla principal una 6´2" es algo digno de contar.
Dicha tablita era mi acompañante a Indonesia, sin embargo el último domingo, a exactamente 11 dias de la salida, en una infeliz sesión en las campanas de San Pedro, la tablita favorita se clavó contra la arena (o contra la ola rompiendo, la verdad que ya no se...) y como consecuencia, obtuvo dos fracturas longitudinales que evidenciaban un corte seccional inminente.
Consecuencia: NO CUENTO CON MI MEJOR TABLA PARA EL VIAJE. Veremos si mi shaper puede hacer maravillas y hacerme una idéntica en menos de 7 dias... ya veremos
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