Hong Kong, lo bueno, lo malo y lo feo

Llegamos a Hong Kong y Cathay Pacific no entregó mis tablas en la cinta de maletas.  Por suerte sólo había sido un error en el despacho del aeropuerto de HK y luego de una hora y media teníamos todo el equipaje nuevamente con nosotros.  Chequeamos las tablas hasta Denpasar para no tener que cargar con todo hasta Hong Kong, y puedo decir que eludimos por tercera vez la insinuación de pago por equipaje voluminoso.

El MIRA Hotel es un hotel ejecutivo y espero que las influencias de Carlos Miguel hayan funcionado para que nos cobren tarifa ejecutiva, lo sabremos en unas horas cuando hayamos hecho el check out.  Lo interesante es que la habitación es high-tech y podemos mirar la página de surfline y este blog directamente en la pantalla LED tecleando desde la cama.  Las malas noticias son que el baño es una vitrina abierta y uno tiene que testificar lamentables escenas como las que comparto con ustedes acá mismo.

No sé para qué diablos Hong Kong fue por 99 años colonia británica.  Uno tiene que hacer gala de su precisión de oído y sus habilidades de jugador de Pictionary para poder entender lo que te quieren decir, y ni hablar de hacerse entender.  Tener un mapa a la mano es imprescindible, pero no para ubicarse, sino para señalar con el dedo al taxista a dónde quieres ir.

Buda de Ngong Ping

Los 33°C y el cansancio comenzaron a hacer sus estragos a media tarde, el cuerpo sin duda no aguanta tanto maltrato, asi que el día fue relativamente tranquilo en actividades para estar fresco mañana en Bali. Durante el día hicimos un paseo en teleférico para peregrinar a un templo Budista, hoy convertido en atractivo turístico que le hace la competencia al Hong Kong Disney

La recomendación que recibimos para nuestra estadía en China fue unánime: “…No se aventuren a comer algo que no conocen, vayan a un restaurante conocido…”, y como buenos tercos, al ver un restaurante aparentemente limpio y con la carta con fotos –tipo segundo muelle- dijimos que esta sería nuestra inmersión cultural-gastronómica en el lejano oriente.  Tremendo error, los Chinos no saben separar la carne de los huesos, vísceras y demás sorpresas de la anatomía animal, y simplemente seccionan al ave, mamífero, molusco, crustáceo, etc., y luego de pasarlo por algun caldo de dudosa procedencia, te lo ponen en el plato.  Un asco.  Menos mal que pude convencer a Numa de cenar en el Bubba Gump del Vitoria´s Peak por la noche y pudimos ir a dormir con algo más conocido en el estómago.

Vista de Hong Kong desde el Ferry

Nos vemos mañana, fin del viaje de ida, en Bali, Indonesia