Numa se pescó al Capitán Joel

Numa lo había deseado desde el primer día que subió al bote. Me había comentado que quería sentir entre sus brazos la vigorosidad de su cuerpo agitándose con frenesí. Soñó cada una de las noches con esta escena. Le había rogado al Capitán Joel de mil maneras, pero él nada, hasta que la penúltima noche, luego de varias rondas de chelas, el Capitán accedió a sus deseos más profundos.

Usaron de carnada un atún que habíamos pescado en la mañana, el Capitán usó su mejor caña de pescar y un cordel especial para soportar la fuerza de un tiburón. Como era de noche, Joel ató al cordel una botella plástica con una luz incandescente para ver dónde se dirigiría el tiburón en caso muerda el anzuelo.

Sólo había que esperar, según el Capitán, casi siempre caía un tiburón. Nos fuimos a cenar y justo inmediatamente terminada la cena, sonó la campana alertando que habían mordido el anzuelo!

Numa no cabía en su pellejo! Se lanzó hacia la caña de pescar y empezó a enrollar el cordel. La fuerza del escualo era increíble, doblaba la caña hasta casi partirla. Deninitivamente era un tiburón de buen tamaño.

Los indonesios de la tripulación le pusieron a Numa un casco naranja de RedBull para darle ánimo, el tiburón no se dejaba, jalaba duro y Numa ya se estaba cansando. Sin embargo no soltó la caña y siguió enrollando y enrollando. Faltaban pocos metros para traerlo a la superficie, Numa no podía creerlo, su primer tiburón. A último segundo, al final del cordel, salió desde debajo del agua el Capitán riéndose a carcajadas. Y toda la tripulación también se cagó de risa.

Se la habían hecho linda, Numa no pescó ningún tiburón, "pescó" al Capitán Joel. Numa lo estuvo remolcando con la caña y el cordel por más de 15 minutos en la mitad de la noche. Dicen por ahí que no es la primera vez que Numa se pesca a un hombre...